Cada estrella que pasa —dijo Ott— es un verano de nuestra vida. —No —le corrigió Nadia, su novia, sin dejar de mirar al cielo—. Cada estrella que pasa es una vida.»
Un profesor de universidad que ha rodado por Europa como una bola del desierto sin echar raíces en ningún lugar regresa a Ibiza, donde pasó sus mejores años de joven, para asistir junto con su hijo a la lluvia de estrellas de la mágica noche de san Lorenzo. La contemplación del cielo, el olor del campo y del mar y el recuerdo de los amigos perdidos desatan en él la melancolía, pero también la imaginación. Como ya lo hiciera en La lluvia amarilla con celebrada maestría, Llamazares vuelve a usar un lenguaje preciso y poderoso para dibujar una atmósfera poética a través de la cual la voz de narrador evoca y cuenta los pormenores de una existencia vivida con reflexión y emoción a un tiempo.
DISPONIBLE en papyrefb2?: SI
NOTA: ¡ Vaya, vaya...! Hacía MUCHO tiempo que no leía un libro con el que he disfrutado de principio a fin. Lo tenía en la reserva y lo hubiese cogido con reservas, a no ser por el empujón de Angelito. Porque después de "Luna de lobos" y "La lluvia amarilla" nada de lo que había leído de Llamazares me había enganchado ni de lejos. Pero esto... es otra cosa. Un libro sentido, bonito, íntimo, casi personal de cada lector,... vamos, que os lo recomiendo encarecidamente. Y si alguien no se identifica con el tiempo ni con las situaciones, cosa que es dificil, disfrutará de una prosa-poesía preciosa. Para que no digáis que soy rácano.... 9,5.