La vida de Eva Bruhn gira en torno a La casa alemana, el restaurante 
tradicional que regentan sus padres y en el que la familia comparte las 
pequeñas cosas del día a día: desde los entresijos de su trabajo en una 
agencia de traducción hasta el anhelo de que su novio se decida por fin a
 pedirle su mano a su padre. 
Pero en 1963 va a celebrarse en Frankfurt 
el primer juicio de Auschwitz, y el destino hace que Eva acabe 
colaborando con la fiscalía como intérprete, a pesar de la oposición de 
su familia. 
A medida que traduce los testimonios de los supervivientes, 
descubre la inmensidad y el horror de lo que sucedió en los campos de 
concentración y una parte de la historia reciente de la que nadie le ha 
hablado nunca. ¿Por qué todos insisten en dejarla atrás? ¿Por qué faltan
 fotografías en el álbum familiar? ¿Es posible vivir igual cuando se 
atisba la verdad?
NOTA: Me ha parecido un libro algo desaprovechado. La historia en su planteamiento está bien pero tanto lo que va ocurriendo por el camino como lo que sabe o no la protagonista de nuestra historia, se queda muy en mantillas. ¿Quién, en 1962, no sabía cuál había sido el comportamiento y las crueldades ejercidas sobre los judios en los campos de exterminio?. Pues parece que a nuestra chica todo le toca de nuevo; y es normal en lo que se refiere a su entorno más cercano pero...¿ y lo otro?. Vamos, que es poco creible a ratos. Y luego los personajes tampoco tienen el perfil que les correspondería en ese tiempo, dado su pasado. Me es dificil escribir más sin despapucharlo , así que únicamente le daré la nota que indica lo que me ha llenado...7.

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