Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado en una 
solitaria playa de  Formentera. Según varios testimonios recogidos por 
la Guardia Civil de las islas, en días previos se le había visto en 
compañía de distintos jóvenes en locales de ambiente gay de Ibiza. 
Podría ser un caso más para el subteniente Bevilacqua, pero en seguida 
comprenderá que no lo es. Cuando sus jefes le llaman para que se ocupe 
de la investigación, le hacen saber la peculiaridad del difunto: se 
trata de un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración con 
ETA.
 Para tratar de esclarecer su muerte, después de indagar sobre el 
terreno, tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa, el lugar de 
residencia del difunto, y una zona que Bevilacqua conoce bien por su 
implicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista. Allí 
deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobre todo, 
tendrá que lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo y
 lo que dejó de hacer en una guerra que prefirió abandonar. Unos 
fantasmas que le conducirán a una incómoda pregunta que como ser humano y
 como investigador criminal no deja de concernirle: ¿en qué medida nos 
convertimos en aquello contra lo que luchamos?
NOTA:Una vez más Lorenzo Silva no nos defrauda. Y sus dos personajes estrellas, tampoco. A pesar de que este episodio no cuenta casi con la Chamorro, el subteniente cumple a satisfacción. Como se lee en el resumen el damnificado esta vez es un ex-etarra, lo cual le sirve para hacer disquisiciones con la lógica de siempre sobre esa lacra de tantos años en España. Y aunque el tiempo en el que ocurre la acción es mucho más reciente, se remonta a los años que Vila estaba en el País Vasco que era la época dura, para meterse, como digo, en el problema que gracias a los dioses, ya acabó. Muy entretenida,como siempre y muy ilustrativa. Notaza....9.

No hay comentarios:
Publicar un comentario