Hace treinta y cinco años, Imanol Azkarate fue secuestrado y ejecutado, 
 pero sus dos asesinos nunca fueron detenidos ni identificados. Uno de 
ellos, Josu Etxebeste, conocido restaurador guipuzcoano, guardó todas 
las cartas y dibujos que hizo el secuestrado durante el cautiverio. 
Ahora, ha decidido confesar su crimen y dar todo ese material a Alasne, 
la hija de la víctima, y entregarse al comisario Ignacio Sánchez, el 
policía que investigó el secuestro. Sin embargo, Josu solo confesará si 
Sánchez reconoce a su vez que fue un despiadado torturador. Mientras 
pugnan por conciliar su pasado armado con un presente sin rencor ni 
violencia, los resortes durmientes de la Organización se movilizan. 
Antiguos militantes que, como Etxebeste, nunca fueron detenidos y que no
 tienen ninguna intención de confesar y cambiar sus cómodas vidas en la 
Euskadi del posconflicto tratarán de detener ese acercamiento por todos 
los medios posibles. (ABR/22)
NOTA:  A mi me ha encantado! Y sé que habrá gente que le vea pegas de planteamiento ( el problema de ETA nunca puso a todos de acuerdo) pero a mí me ha resultado muy entretenida y muy ilustrativa. Además todo contado por un periodista que conoce los entresijos del asunto. No digo que todo lo novelado tenga que ser verdad pero seguro que no habla por hablar, sobre todo,  de las formas de organización de la Organización con mayúsculas. Salvando las distancias es como Patria pero planteada desde el otro lado. A lo dicho; mucho y bueno. Yo le doy...9.

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