Cuando era una niña, con apenas once años, Lea Ypi fue testigo del fin del mundo. Al menos del fin de un mundo. En 1990 el régimen comunista de Albania, el último bastión del estalinismo en Europa, se desplomó.
Ella, adoctrinada en la escuela, no entendía por qué se derribaban las estatuas de Stalin y Hoxha, pero con los monumentos cayeron también los secretos y los silencios: se desvelaron los mecanismos de control de la población, los asesinatos de la policía secreta...
El cambio de sistema político dio paso a la democracia, pero no todo fue color de rosa. La transición hacia el liberalismo supuso la reestructuración de la economía, la pérdida masiva de empleos, la oleada migratoria hacia Italia, la corrupción y la quiebra del país.
En el entorno familiar, ese período trajo sorpresas inauditas para Lea: descubrió qué eran las «universidades» en las que supuestamente habían «estudiado» sus padres y por qué estos hablaban en clave o en susurros; supo que un antepasado había formado parte de un gobierno anterior al comunismo y que a la familia le habían expropiado sus bienes.
Mezcla de memorias, ensayo histórico y reflexión sociopolítica, con el añadido de una prosa de soberbia factura literaria y pinceladas de un humor tendente al absurdo–como no podía ser de otra manera, dado el lugar y tiempo que se retrata–, Libre es de una lucidez deslumbrante: refleja, desde la experiencia personal, un momento convulso de transformación política que no necesariamente desembocó en justicia y libertad.(AGO/25)
NOTA: Creo que a la vista de la sinopsis que se hace del libro ya no tengo mucho más que decir yo salvo que me gustan los libros donde se habla de países y situaciones que yo, por edad, debería conocer y no conozco. Muchas veces las mismas restricciones que ponían los países a sus escritores hacía que ello no fuera posible. Pero ahora sí. Entretenido e ilustrativo, como digo, aunque en algún momento se hace un poco premioso. Le doy un...7,5

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