Mary, una niña de quince años
que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830,
tiene el pelo del color de la leche y nació con
un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente de
su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar
a la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la
oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un
montón de rayas negras» en los libros. Sin embargo, conforme deja el
mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más
cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia
para tratar de encontrar sosiego en la palabra escrita. En Del color de
la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza trágica un
microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de Mary,
que maldice a la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se
finge enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada
del vicario que guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella, y los
otros para un marido y un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un
entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de
la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al
empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al
cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.
NOTA:Si no fuera por el tema y la ambientación que tiene, diría que es una novela deliciosa... Me la he "comido" en una tarde. Y es muy, muy recomendable. No digo más. Sólo la nota....9.
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