Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una
triste pérdida, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa
en el pueblecito costero de Suances, en Cantabria. En las obras de
remodelación se descubre en el sótano el cadáver emparedado de un bebé,
al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico.
Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa,
diversos asesinatos en la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander,
Comillas), que, unidos a los insólitos resultados forenses de los
cadáveres, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia
Civil y al propio Oliver, que inicia un denso viaje personal y una
carrera a contrarreloj para descubrir al asesino.
NOTA: De vez en cuando me apetece leer una novela negra, ya lo he dicho en otras notas. Y en este caso lo he hecho con ésta, situada en Cantabria ( tierra muy querida para nosotros). El libro se nota que está escrito por una persona sin demasiado oficio ( debe ser su segunda novela), pero a pesar de ello la historia está muy bien hilvanada, aunque en algunos momentos peque de excesivamente previsible. Tiene muchos hilos y al final la madeja se deshace a satisfacción... En ningún momento decae el interés (punto positivo) así que lo vamos a dar un estupendo .....8.5.
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