Cuando el enemigo es tu propio hijo…, ¿existe la victoria?.
Mantenerse en lo alto es mucho más difícil que llegar. Julia está 
en la cúspide de su poder, pero la traición y la división familiar 
amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el médico 
Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que él, en griego, llama 
karkinos, y que los romanos, en latín, denominan cáncer. El 
enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastía de Julia al 
colapso. En medio del dolor físico y moral que padece la augusta, 
cualquiera se hubiera rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia 
siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio 
del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión 
capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada 
está perdido. La partida por el control del imperio continúa.
NOTA: No he querido siquiera mirar qué nota le puse al antecesor Yo, Julia, aunque recuerdo que tuvo que ser buena. Pero es que esta segunda parte, para dejar mal al dicho popular, no es en absoluto peor que la anterior. Es cierto que el personaje que presenta es mucho más duro a ratos que la jovencita incipiente del libro anterior, pero todos los episodios aquí contados te dan una idea del pedazo de mujer que había detrás del personaje. Y hay una parte que me ha resultado especialmente atractiva y es lo relativo al inframundo, los dominios de Caronte. Me ha parecido excelente. No así  las disquisiciones en el Olimpo de los dioses entre ellos, que eso a mi gusto  era  perfectamente prescindible. Pero, claro, había que "retar a los dioses" ,... Así que notaza....9.

No hay comentarios:
Publicar un comentario