En el año 568, Hispania, prácticamente olvidada por el Imperio romano y
habitada por diversos pueblos debilitados y enfrentados entre ellos, es
una tierra peligrosa en la que imperan el caos y la batalla.
Pero Leovigildo tiene un sueño: un reino fuerte y unido, con un único
rey y una única ley igual para todos. Un reino en paz para sus hijos,
Hermenegildo y Recaredo. Aunque sólo Valtario, señor de la guerra
implacable y mortal, cree en principio en el sueño del rey. A su
alrededor, todo serán conjuras, traiciones y revueltas, que incluso le
llegan desde el lecho conyugal, pues su esposa, la reina Gosvinta, tan
cruel como inteligente, planea un futuro muy diferente.
Viven una edad oscura, tiempos convulsos, a caballo entre el dios
cristiano y el antiguo dios de los godos, el dios furioso, aquel que
habita en la espada…
Es ésta una novela de sangre, guerras y miedos, de espías y conjuras,
pero también de fe, amor y esperanza. José Soto Chica consigue, con El
dios que habita la espada, una obra vibrante a la par que meditada, de
prosa ágil y tremendo pulso narrativo, donde nos narra una época de la
historia de España que aún hoy permanece, en parte, desconocida: el
reinado de Leovigildo, primer rey de Hispania. Y lo hace con el corazón
en la mano, descubriéndose como un impecable narrador del alma humana,
con sus grandezas y sus miserias.(JUL/22)
NOTA: Tenía ganas de leer un libro de novela histórica, busqué este premio y le ataqué. Un relato de una época muy desconocida de nuestra historia, la que discurre hacia el siglo VI, cuando los godos estaban estableciendo un único imperio dentro de la Europa de la época. Leovigildo, Hermenegildo, Recaredo,...todos ellos son reyes que conocíamos de la lista de los godos que aprendimos en nuestra infancia y que aquí cuentan lo vivido por ellos en ese periodo que se dió en llamar la "Edad Oscura", con lo que el nombre es suficientemente ilustrativa. El autor asegura que la mayor parte es historia y sólo unos pocos personajes y situaciones novela. A mí, la verdad, en algunas batallas se me han hecho demasiados muertos y en las épocas de paz, demasiadas intrigas... Sin ponerle mala nota, tampoco entusiasma...7.
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