Es una tarde de enero de 1949 y Carol se acerca caminando con desgana
al cine Delicias. Lleva tacón alto, medias negras y una gabardina a
medio abrochar. La platea está abarrotada: en los carteles se anuncia
la reposición deGilda, y hay cola para disfrutar de ese cuerpo
de mujer hecho de curvas y sonrisas, pero a Carol eso poco le importa.
En vez de sumarse al público, sube a la cabina de proyección. Allí la
espera Fermín Sicart, el encargado, que a cambio de unas monedas y una
triste merienda, va a disfrutar de sus encantos. No es la primera vez
que Carol y Fermín se encuentran entre bobinas y vasos sucios, pero hoy
algo se tuerce y Carol no saldrá viva del encuentro.Cuando ya han pasado más de treinta años, en el verano de 1982 alguien se empeña en convertir en película estos hechos escabrosos. Los expedientes hablan claro: hubo un crimen, una víctima y un asesino. Fermín, reo confieso, recuerda muy bien cómo estranguló a su querida Carol con un cinta de celuloide, pero ya no sabe ...
NOTA:Con un planteamiento original, salpicando en una historia de hace 68 años apuntes y críticas a hechos reales del año pasado, consigue una novela que, a mi humilde entender, es una novela menor. Nada que ver con los grandes títulos "Ultimas tardes...", "La oscura historia..." ó "Si te dicen ...". Pero nada, nada.... Entretenidilla, sin más. ¿Y que le ponemos? pues ( y va que se mata) un ...6.
Estimado director (¿o debería decir mejor community manager?) de este prestigioso blog literario:
ResponderEliminarTenía mucho interés por conocer su opinión sobre esta última obra de Juan Marsé ya que, al igual que usted, me considero un viejo marsetólogo y creo haber leído toda, o casi toda, su obra literaria. Coincido con usted en que se trata de una obra menor (cuerpo de letra grande, papel de gran gramaje, tapa dura y precio alto) que posiblemente tenga una finalidad alimenticia para el autor. Esto es algo que tampoco le voy a reprochar al autor ya que grandes actores o directores de cine, por no hablar sólo de escritores, nos tienen acostumbrados a obras, llamadas ‘comerciales’, que tienen idénticos fines, sin que a estas alturas nos vayamos a rasgar las vestiduras.
Vaya por delante mi acuerdo con la nota que le ha puesto a la novela. Yo apenas la hubiera valorado de forma diferente. Sin embargo, en mi opinión, la atmósfera ‘marsiana’ (de Marsé) que se respira en algunos pasajes de la obra (esa Barcelona en blanco y negro de la posguerra y la dictadura, personajes marginales tanto social como políticamente, incluso un punto bogartianos, las secuelas cotidianas de la derrota en la guerra civil, la lucha por la vida y por una cierta dignidad del perdedor en un entorno hostil, la magia de una cabina de cine antiguo…) traslada esta novela ‘menor’ a lo mejor del universo narrativo de Marsé. Sólo por ello creo que puede merecer la pena la lectura de esta novela. En caso de que algún lector no lo considere así, por lo menos tiene la ventaja de que el mal rato será breve.
Don Antonio, va a sonar a peloteo, pero cuando leo sus comentarios, además de apreciarlos en lo que valen, tengo la sensación de estar leyendo una novela de las de 9,5 ( y quién mejor para saber lo poco espléndido que soy yo dando notas...)... Y es que , de verdad, tiene Vd. una forma de expresarse que da gusto conocer sus opiniones más por escrito que en directo ( ello no quiere decir que cuando estemos juntos deba llevar una pizarrita y el clarión, que se decía en mis tiempos que no son los suyos...), que ya es decir. Así que , por favor y por mi buena salud literaria, siga metiendo sus comentarios que SEGURO que, además de mi humilde persona, más gente de nuestro círculo los agradecerá. Mil gracias por todo. Un abrazo
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