Dispara, yo ya estoy muerto (Julia Navarro)

Una extraordinaria novela de personajes inolvidables cuyasvidas se entrelazan con momentos clave de la Historia, desde finales del siglo XIX hasta 1948, y que recrea la vida en ciudades tan emblemáticas como San Petersburgo, París o Jerusalén. Dispara, yo ya estoy muerto es una historia llena de historias, una gran novela que esconde dentro muchas novelas, y que, desde su enigmático título hasta su inesperado final, alberga más de una sorpresa, mucha aventura y emociones a flor de piel.

NOTA: Libro completo. Cuenta  la historia del regreso a Israel de los judíos expulsados primero por los rusos a finales del XIX y luego por los nazis en la II Guerra. Y muchas familias entremezcladas de por medio.... Te hace comprender el conflicto actual y muchas veces piensas lo sencillo que hubiese sido su arreglo ( cosa que es obvio que no se da). Muchas visicitudes, en la parte central del libro sobran unas 40  páginas ( a mi gusto), pero el conjunto muy bueno. Así que sin pecar esta vez de tacañería....9.

Años lentos (Fernando Aramburu)

A finales de la década de los sesenta, el protagonista, un niño de ocho años, se va a San Sebastián a vivir con sus tíos. Allí es testigo de cómo transcurren los días en la familia y el barrio: su tío Vicente, de carácter débil, reparte su vida entre la fábrica y la taberna, y es su tía Maripuy, mujer de fuerte personalidad pero sometida a las convenciones sociales y religiosas de la época, quien en realidad gobierna la familia; su prima Mari Nieves vive obsesionada por los chicos, y el hosco y taciturno primo Julen es adoctrinado por el cura de la parroquia para acabar enrolado en una incipiente ETA. El destino de todos ellos –que es el de tantos personajes secundarios de la Historia, arrinconados entre la necesidad y la ignorancia– sufrirá, años después, un quiebro. Alternando las memorias del protagonista con los apuntes del escritor  Años lentos ofrece además una brillante reflexión sobre cómo la vida se destila en una novela, cómo se trasvasa el recuerdo sentimental en memoria colectiva, mientras su escritura diáfana deja ver un fondo turbio de culpa en la historia reciente del País Vasco.

NOTA: Me ha gustado. Retrata estupendamente lo que conocemos como la vida en el Pais Vasco los años 70. Y después, el sistema ese novedoso de intercalar las notas del chico con los apuntes del escritor ( y sus disgresiones sobre cómo ponerlo, si hay que ponerlo, si debe preguntar antes de ponerlo,...) me ha parecido muy amena. El libro casi se hace breve ( no tiene más allá de 200 páginas). No me extraña que con él ganase Aramburu en el año 2011 el Premio Tusquets. Le daremos (igual me quedo algo corto) un ... 8.