Sira ( María Dueñas)

La Segunda Gran Guerra llega a su fin y el mundo emprende una tortuosa reconstrucción. Concluidas sus funciones como colaboradora de los Servicios Secretos británicos, Sira afronta el futuro con ansias de serenidad. No lo logrará, sin embargo. El destino le tendrá preparada una trágica desventura que la obligará a reinventarse, tomar sola las riendas de su vida y luchar con garra para encauzar el porvenir. Entre hechos históricos que marcarán una época, Jerusalén, Londres, Madrid y Tánger serán los escenarios por los que transite. En ellos afrontará desgarros y reencuentros, cometidos arriesgados y la experiencia de la maternidad.

Sira Bonnard —antes Arish Agoriuq, antes Sira Quiroga — ya no es la inocente costurera que nos deslumbró entre patrones y mensajes clandestinos, pero su atractivo permanece intacto.

NOTA: Después de 12 años desde la publicación de El tiempo entre costuras aparece esta "segunda parte" con la continuación de los avatares de la protagonista. Y ya lo dice el dicho popular: "Nunca segundas partes...etc". Pues eso. Nada que ver las peripecias vividas por nuestra héroe en una y en otra novela. En este caso creo que lo que más le habrá costado a la Dueñas al escribir el libro habrá sido imaginarse a dónde llevarla y qué labor encargarla. La sitúa en cuatro escenarios distintos y quizá el que más ritmo tiene es su estancia en España, con la Eva Duarte de por medio. El libro, como el anterior, está muy bien escrito y la señora sabe cómo enganchar al lector pero... a lo dicho. Le daremos, por esto último, un ...7,5.

 

Madrid: El advenimiento de la República ( Josep Plá)


Crónica de la ciudad de Madrid en los primeros meses de la República y de los políticos más relevantes: Azaña, Lerroux y Maura. Pla describe uno de los períodos más interesantes de la historia de España, desde su punto de vista irónico y sus controvertidas opiniones.

 

NOTA: Por un lado me ha supuesto un fiasco el libro: esperaba una historia más completa de lo que indica su título y resulta que es un conjunto de reflexiones, casi chascarrillos,  del joven Josep Pla enviado a Madrid a cubrir los acontecimientos de abril de 1931. Y resulta muy pobretón todo lo que cuenta. Eso sin contar las fobias que demuestra hacia ciertos estamentos del momento ( muy especialmente el Ateneo madrileño al que pone a caldo...) y sus ideas, en exceso partidarias de la no-república que deja traslucir.

Pero en el lado bueno de la balanza debo reconocer que el tipo escribe con soltura y con cierta gracia ( a la catalana, eso sí, sin que se ofenda nadie...jaja...). Pero es ameno; no había leído nada de éste tan nombrado escritor catalán y catalanista y creo que a pesar de los elogios...no repetiré. Recuerdo que está considerado como el pope de las letras catalanas...uf!!. Mi nota...5.

 

Panza de burro (Andrea Abreu)

«Reconozco que al principio, cuando Panza de burro solo había crecido unos capitulitos, pensé que sería una novela sencilla y hermosa que abriría un hachazo en esa tela de invernadero que parecía ocultar un imaginario y un mundo que debían ser mostrados. Más adelante, la grandeza del libro, la inteligencia y el salvajismo de Andrea, su pulso poético y su falta total de miedo hicieron trizas la rafia, y quedó a la vista una plantación intrincada, dolorosa, inmensa, nada sencilla. Hice la primera edición en un salón de Lisboa, y creo que fue allí cuando me di cuenta de que el libro era mucho más grande de lo que imaginé. También, y esto es importante, sentí envidia. Una envidia por la imposibilidad de escribir yo algo así». ? Sabina Urraca.

 

NOTA: No hay quien le niegue a esta joven la originalidad en el uso de la escritura. En unos casos con el  lenguaje autóctono ( no hubiese venido mal un glosario...) y en otros casos con el  lenguaje común pero adecuado tanto en su grafía como en su pronunciación al sitio donde está situada la acción, que son las islas Canarias. Lo demás, la historia de dos niñas en su despertar a la pubertad con sus amores, desamores y contradicciones propias del momento. Pero, repito, lo que la hace singular es el lenguaje. Por ello le daré un ...7,5.