FINALISTA PREMIO PLANETA 2019
Desde el corazón de su memoria, un hombre que arrastra tantos años de
pasado como ilusiones de futuro, ilumina, a través de sus recuerdos, su
historia, la de su generación y la de un país. Una historia que a veces
duele, pero que siempre acompaña.
El éxito desbordante de su última novela embarca al protagonista en una gira por todo el mundo. Un viaje de dos caras, la pública, en la que el personaje se acerca a sus lectores, y la íntima, en la que aprovecha cada espacio de soledad para rebuscar su verdad. Una verdad que ve la luz después de la muerte de sus padres, su divorcio y su vida junto a una nueva mujer, una vida en la que sus hijos se convierten en la piedra angular sobre la que pivota la necesidad inaplazable de encontrar la felicidad.
A medio camino entre la confesión y la autoficción, el autor escribe una historia que toma impulso en el pasado y se lanza hacia lo aún no sucedido. Una búsqueda esperanzada de la alegría.
El éxito desbordante de su última novela embarca al protagonista en una gira por todo el mundo. Un viaje de dos caras, la pública, en la que el personaje se acerca a sus lectores, y la íntima, en la que aprovecha cada espacio de soledad para rebuscar su verdad. Una verdad que ve la luz después de la muerte de sus padres, su divorcio y su vida junto a una nueva mujer, una vida en la que sus hijos se convierten en la piedra angular sobre la que pivota la necesidad inaplazable de encontrar la felicidad.
A medio camino entre la confesión y la autoficción, el autor escribe una historia que toma impulso en el pasado y se lanza hacia lo aún no sucedido. Una búsqueda esperanzada de la alegría.
NOTA: Varias cosas sobre este libro: 1) mientras lo leía me reía sólo por aquello de que dicen que los libros, cuando se presentan a los premios, son anónimos. Ja,ja! Este libro, cualquiera que lo leyese aunque fuese en Sebastopol, sabría que lo ha escrito Manuel Vilas si hubiese leido el anterior, porque es IDENTICO a su novela Ordesa, que me encantó y que publicó hace un año. Lo que no sé es cómo se ha permitido hacer una "segunda parte" de susodicho y presentarse al premio... ¡Lo que tiran 600.000 euros !. 2) El libro, como digo, es la continuación de Ordesa y todo, el tono, las reflexiones, los personajes, el amor, el olvido, todo, está reflejado como allá. Por tanto en lo que no se le puede poner buena nota es en originalidad. y 3) En cuanto al contenido todos los que hemos perdido recientemente a los padres y les hemos querido como lo hemos hecho, hemos sentido al leerlo un algo dentro que, como a él a lo largo de las dos novelas, te hace pensar y sentir mucho que no les dieses las GRACIAS suficientemente cuando los tenías a mano, por todo lo que ellos hicieron por nosotros. Enternecedor en ese aspecto. Y te hace preguntarte cosas sobre nuestro inmediato futuro que a veces ...te ponen triste, la verdad ( al menos a mí). La nota, olvidándome del autoplagio....8,5.
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