Su nueva novela, de clara inspiración autobiográfica, narra la historia vital de un escritor que se levanta todas las mañanas, desayuna y se va a trabajar a su oficina particular para crear el que espera que sea el mejor libro del mundo. En esta divertida, irreverente y locuaz historia, Vilas rompe el famoso techo de cristal para contar a todo el mundo quién y qué es un escritor desde un lugar distinto, en el que nunca ha sido expuesto, desde su fragilidad: el síndrome del impostor, la constante -y cómica- comparación con los demás, las decepciones, la incertidumbre, convivir con la alegría y el fracaso y así hasta sus últimos días.
Una mirada única, ocurrente y muy real sobre cómo un escritor lucha día tras día por ser apreciado, sentirse querido y pasar a la posteridad. Pero siempre desde la comedia.(OCT/24)
NOTA: Las personas que hayan leído más libro de este buen señor sabrán cómo es su estilo: cuenta las cosas, según de qué título hablemos, de sus padres, de sus parejas, de él mismo... Pues en este caso se entretiene ( porque realmente así lo veo yo, como un entretenimiento del autor) en contar cómo es su vida de escritor, cómo viaja, como hace presentaciones, las relaciones con el resto de colegas, sus manías en los hoteles y restaurantes que visita... pero todo, como digo, muy de diario personal. Se hace entretenido, a veces algo repetitivo, pero otras te saca una sonrisa bien larga. Algunos les resultará pesada; a mí, para nada. Y por eso...8,25
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