PREMIO GONCOURT 2017
En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunión secreta, que
no estaba en el orden del día, en la que los industriales alemanes—entre
los que se contaban los dueños de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben,
Bayer, Telefunken, Agfa y Varta—donaron ingentes cantidades a Hitler
para conseguir la estabilidad que él prometía. Desde ese año, Hitler
ideó una estrategia de cara a la comunidad internacional para
anexionarse Austria «pacíficamente»; para ello, mientras se ganaba la
aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una
guerra psicológica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la
invasión (un alarde del legendario ejército alemán, que ocultaba graves
problemas técnicos) fue un hecho. Esta novela desvela los mercadeos y
vulgares intereses comunes, las falsedades y postverdades, que hicieron
posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda
Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del
día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables,
las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de
literatura, historia y moral política.(JUN/25)
NOTA: Es, como indica la sinopsis, una crónica de cómo las grandes empresas alemanas ayudaron económicamente a la campaña en la que Hitler se hizo con Austria y luego empezó con la antigua Checoslovaquia. Pero aunque no conocí de primera mano esta operación se da uno cuenta de que no hay nada nuevo bajo el sol: los mismos que apoyaron con sus dineros se aprovecharon de una mano de obra gratis con lo que obtenían de los distintos campos de exterminio y de concentración. Una vergüenza. Pero, como digo, muy actual también. El relato, normalito. Le doy un ...6.
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