Resignada, la inspectora Petra Delicado se ve obligada a ir de compras a
un centro comercial. Entra en el lavabo, y, atónita, ve como una
pequeña mano hace desaparecer su bolso. Tras descubrir que se trata de
una niña, finalmente recupera su bolso con todo el dinero, el móvil y
los documentos, pero sin algo esencial para una policía: su arma
reglamentaria. Tras soportar las consabidas bromas de sus compañeros y
tragarse la bronca de su jefe, Petra decide seguir la pista de la joven
ladrona. Para ello contará con la colaboración de un único testigo, que
resulta ser también una menor. Un temor acosa a Petra Delicado: ¿para
qué se quedaría con una pistola alguien de tan temprana edad?
Petra
conocerá, durante la investigación de este caso, a Marcos, un arquitecto
por el que comienza a sentir más que una simple amistad y que le
descubre un mundo tranquilo y burgués en el que la inspectora quiere
probar suerte.
NOTA: Esta pareja de Petra y Fermín son adictivos. La verdad es que me leería de un tirón los libros que me quedan de esta serie porque entretienen, están excelentemente escritos y me encantan las reflexiones que hacen sobre casi todo. No sé si he comentado en otro momento que suelen tener un ambiente cada uno de los libros de la serie y en este caso la situación ocurre entre niños de la calle, pederastas, chicas "alegres", emigrantes, casas de acogida... en fín, una fauna curiosa. Y con motivo del monotema se explaya alrededor de todo lo que rodea a ese mundo. Bien, como siempre. Y en esta hay mucho amor. Y eso también está muy bien. No tengo que pensar mucho las notas de estos libros e igual les podía poner un ocho y medio como un nueve así que....8,75.
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